miércoles, 9 de marzo de 2011

Plaza de Bibarrambla


Mi nombre es Bohdan, soy un joven de la República Checa, de Praga concretamente, una ciudad maravillosa como seguro que ya saben. El motivo por el que estoy visitando Granada, ciudad milenaria -como bien observa en la entradilla de este blog-, es su carácter distinto. Me explico: Granada es una ciudad mediterránea, en la que hay un estilo de edificios, castillos, jardines, iglesias, calles y todas esas cosas monumentales y artísticas que suelen buscar las hambrientas cámaras fotográficas de los turistas, ávidas de perspectivas, rincones y marcos impresionantes para una pose con la mochila al hombro. En fin, Andalucía, y en este caso Granada, tiene una cultura muy distinta a la mía, la de centroeuropa. Y eso hace que me resulte especialmente atractiva; eso, y su fama de cuna de poetas y artistas (no olviden que yo vengo de la tierra de Kafka y me encanta la literatura), así como su antigüedad.

Les sorprenderá que sepa tantos datos, pero uno tiene su inquietud y se documenta de los lugares que va a visitar para disfrutarlos más profundamente. Lo cierto es que el origen de Granada se remonta a la tribu ibérica de los túrdulos, una de las más civilizadas de las primeras pobladoras de la Península Ibérica. Esta tribu la fundó con el nombre de Ihverir, que más tarde los romanos llamaron Iliberis.                                                                                              
 
Posteriormente los romanos la conquistaron y convirtieron en municipio (siglos I al II a. C.), llamándola tanto por su nombre ibérico Iliberis como por el nombre latino Florentia, que según Antonio Gallego y Burín en su Guía artística e histórica de Granada «podría interpretarse por ciudad florida o fructífera».

Pues con todo y con eso, expresión que gusta ser dicha por estas tierras de la siguiente forma: “conticoneso”, pues con todo y con eso, me dispuse a realizar mi primer paseo por Granada.

Salí del hotel donde tenía reservada una habitación en la calle Recogidas y me dirigí hacia el centro. Anoto para su blog Ciego en Granada algunos aspectos de esa  ceguera a la que tan graciosamente hace referencia:
1.      Pártase de que Granada es un lugar que concentra más monumentos de primer orden histórico y artístico que la gran mayoría de ciudades de España y Europa, a pesar de las incautaciones y expolios durante la invasión napoleónica y la furia iconoclasta de la Guerra Civil. Es curioso pensar que muchas afamadas ciudades europeas como Londres, París, la misma Praga, Colonia, Viena, son mucho más modernas al haber sido sus “antigüedades” reconstruidas en tiempos más recientes tras ser arrasadas por incendios o bombardeos.

2.      Continuemos atestiguando que tiene un encanto natural que le da su posición geográfica: el buen tiempo, la intensidad de la luz y el precioso telón de fondo de Sierra Nevada (sobre todo cuando está nevada).

3.      Finalicemos concluyendo que, a pesar de todo, en su conjunto, desmerece y pierde en elegancia si la comparamos con otras localidades si bien menos agraciadas en cuanto entorno y riquezas culturales, mejor aprovechadas en el realce de sus escasos recursos.

En concreto, subo la calle Recogidas y me dispongo a desayunar un chocolate con churros en una terraza de la plaza Bibarrambla: un placer del que unos amigos que ya habían estado por aquí años antes me dijeron que no me podía privar. 

No obstante y pese a llevar mi callejero bien orientado, entro por una calle adonde se supone que está la plaza y no la veo. Lo que veo es lo siguiente:


Esto mismo.

Pensarán… pues ya está, la plaza Bibarrambla. Pero la idea de plaza que yo traía de ver otras ciudades era bien distinta, algo así como un espacio abierto entre calles, no un lugar lleno de cosas que entorpecen la vista y la perspectiva, haciéndolo más cerrado aún que una calle convencional. Lo busco en mi diccionario de bolsillo por si el concepto de plaza en España se refiere a algo distinto, y encuentro lo siguiente: “Lugar ancho y espacioso dentro de un poblado, al que suelen afluir varias calles”.
A continuación muestro otros lugares que se adaptan a este concepto:

Esta está en Sevilla:

Esta en Córdoba:



Esta en Madrid:



Esta en Roma:



Esta en París:



Y esta en Praga:



Como ven, la perspectiva de una plaza tan bonita y peculiar como Bibarrambla se ha perdido.  Intente sino sacar en una foto desde algún ángulo las dimensiones de la plaza.Yo tenía la sensación de haberme metido en un bazar. Puestos de flores, unos quioscos siempre cerrados, unos urinarios públicos, contenedores de basura, las abundantes terrazas de los restaurantes, un carrusel o tiovivo e incluso carpas de plástico blanco de no se sabe qué exposiciones, consiguen que los tres elementos decorativos y refrescantes de la plaza resulten un obstáculo más para la vista: las farolas de forja labrada, la fuente de Neptuno y los árboles (¡me encanta la cultura de los árboles de las plazas granadinas!). 

Me quedé decepcionado por tanta cochambre. Estas son las fotos que hice para mi recuerdo de la plaza que recibe su nombre de la puerta árabe por donde discurría una rambla y que ahora se conserva reconstruida en los jardines de la Alhambra:


Uno de los ángulos de la plaza contiene un cubo de basura con un trozo de pan, para que no se abra la tapa imagino, un buzón de correos, una cabina de teléfonos y una papelera convencionales, un quiosco con grafitis y una especie de marquesina para la publicidad. A tal acumulación de objetos se añade los árboles y un WC ubicado justo a la izquierda del pequeño parterre del árbol, como se ve en la siguiente imagen… y tenemos un auténtico caos en una de las plazas emblemáticas de la ciudad.
 


Nótese cómo se pierde la visión de la plaza, se impide la sensación de expansión espacial y se logra la imposibilidad de observación de las coloridas fachadas de los edificios que circundan la plaza.

El señor de la foto debe estar aconsejando a la señora del abrigo de piel que dé limosna al responsable de la aberración, pues es un ciego en Granada, porque a cualquiera que vea esto en esa ubicación le debe entrar cierto “regomello” como he oído que se dice por aquí. O sea, inquietud estética. Porque no pega; menos aún si lo que aparece a la izquierda del quiosco del fondo, eso sí, perfectamente alineados, son tres horribles contenedores de basura:


Para reafirmar mi impresión de plaza paradójica, es decir, de espacio abierto que se pretende encerrar entre calles de obstáculos diversos, hice otras fotos desde diversos puntos de Bibarrambla:


Desde un ángulo (arriba) y desde el mismo ángulo un poco más adelante, pero ya abarcando una extensión mucho más reducida del espacio disponible en la plaza (abajo):




Y por supuesto, siempre habrá espacio para el absurdo:




Un banco de piedra, perfectamente rodeado, sobre el tradicional arte de empedrado artesanal, para su inutilidad y disimulo. Sin duda alguien pensó que merecía la pena ocultar semejante vulgaridad frente a la grandeza del plástico. A mí, como turista y fatigado caminante que quiere observar mientras relajo mis piernas de la dura caminata me parecía muy atractivo reposar en tan pintoresco rincón, pero no desde luego si eso supone quebrarse un tobillo para acceder a él y resignarse a observar un cartel de propaganda o a unas personas tomando el café a través de unas ventanas de plástico.
Agradecí de veras que no hubiera carpa, como en otras ocasiones, aunque no pude ver bien la fuente de Neptuno puesto que una atracción infantil lo impedía:


Desde el otro extremo de la plaza, ídem de ídem:







Si usted ve aquí una plaza no dude en montar su chiringuito para que cuanto antes deje de parecerlo.
Pero no se dé por vencido, amigo, Granada es bonita, lo único que hay que cuidarla con mejor criterio. Pienso que en estos años se han hecho muchas cosas para mejorarla y todavía han de pasar muchos años para terminar de hacerlo.
 
Fíjense si no en la imagen aérea de la plaza y su entorno que se puede ver desde el satélite Google:
http://maps.google.es/maps?hl=es&tab=wl
Nos vemos en Praga!